Historia. Introducción: Orígenes del Real Zaragoza

15.09.2017

Los orígenes del fútbol en Zaragoza


Cuentan las crónicas de los periódicos de principios del siglo XX la constitución en Zaragoza de una sociedad denominada "Foot-ball Club", concretamente el 16 de noviembre de 1903. La mayoría de los fundadores son jóvenes de la élite zaragozana del momento que coinciden en el colegio Escolapios y que posteriormente encauzan sus vidas dentro o fuera de Zaragoza. Así lo indica Pedro Ciria Amores en su libro "Los orígenes del futbol en Zaragoza", según el cual "dos lugares aparecen reseñados en el documento, el gabinete del doctor Saturnino Mozota, donde en adelante se llevarían a cabo las reuniones de la sociedad, y el campo Sepulcro, lugar donde, hasta tanto no se disponga de un campo aparente en las cercanías de Zaragoza, se desarrollarán los juegos, es decir, los partidos, o en el argot de la época, los match. El campo del Sepulcro se encontraba junto a la estación del ferrocarril del mismo nombre. Era una explanada extramuros que recibió ese nombre a causa del primero de los Sitios de Zaragoza. El 15 de junio de 1808, en la Batalla de las Eras, muy cerca de la Puerta del Carmen los franceses fueron derrotados. Dadas las circunstancias de la contienda y las urgentes necesidades del momento, los cadáveres fueron enterrados allí mismo y desde ese momento, los zaragozanos pasaron a llamar a ese terreno Campo Sepulcro, pues hace las veces de eso, de sepulcro, de tumba". La ubicación de este Campo Sepulcro abarcaría el triángulo formado, en el entorno del Portillo, por las calles Anselmo Clavé, Paseo María Agustín y Juana Francés.

El novedoso deporte del foot-ball, tuvo mucho éxito en el Campo del Sepulcro e incluso se tuvieron que hacer dos campos paralelos ante la creciente demanda. Aun así, el triunfo del balompié no fue sencillo y le costó asentarse. De hecho, se tuvo que suspender el partido previsto para el 18 de noviembre, a causa del lanzamiento de piedras a los futbolistas por parte de un grupo de gamberros. Tras dos suspensiones, el Gobernador Civil envió protección para la siguiente cita y finalmente, el viernes 25 de diciembre de 1903, se disputó en Zaragoza lo que se conoce como "El primer match". Así lo recogen El Noticiero y el Heraldo de Aragón en su edición del 26 de diciembre de 1903. El texto es idéntico en ambos periódicos:

José Ignacio Trinidad Joaquín María Cavero Alcíbar Jáuregui Álvarez de Toledo y Lasauca, XII Conde de Sobradiel y Barón de Letosa, Pepe para sus amigos, fue nombrado presidente en enero de 1904 de aquel legendario Foot-ball Club y fue también uno de los que disputaron aquel histórico "primer match" y, por tanto, el autor del primer gol de la historia del futbol aragonés. El Conde de Sobradiel fue, por tanto, uno de los pilares fundamentales del balompié y de la sociedad zaragozana del primer tercio del siglo XX.

En aquellos primeros tiempos no había porterías. Un montón de ropa, al más puro estilo callejero, servía de improvisada meta. Ni árbitro. Aún era una cosa entre amigos. Se formaban ligas contra aquellos "chalados" que se ponían en calzoncillos delante del escaso público que se acercaba a ver ese extraño espectáculo.

Tras la disputa de otros cuatro partidos, el auge del foot-ball en Zaragoza se frenó en seco. Había problemas, y aunque varios periodistas sugirieron que la causa de la disolución de la sociedad fue la marcha a Madrid del Conde de Sobradiel y su posterior matrimonio, lo cierto es que, tal y como indica Pedro Ciria "la ausencia de un patrocinador que sostuviese el alquiler de un terreno en condiciones, el próximo inicio de las vacaciones para muchos de los jugadores estudiantes, así como la ausencia de una masa social amplia acabó con el proyecto".

Resultan interesantes también las afirmaciones de Ciria sobre los años posteriores a esta disolución: "Y así muere la primera sociedad futbolística zaragozana seria. Hasta diez años después nadie tomará su relevo con un potencial similar a este Foot-Ball Club, que nunca se autodenominó Zaragoza. Quien ha querido ver en este conato un ancestro del actual Real Zaragoza está en una tremenda equivocación. Generó mucha expectación, pero la ciudad no estaba preparada para sostener un equipo de entidad equiparable a los que ya existían en otras capitales regionales. Desde el principio y hasta prácticamente los años treinta, Zaragoza siempre permanecerá rezagada en este aspecto, y sus clubes estarán uno o dos pasos por detrás de, por ejemplo, los catalanes, vascos, andaluces o madrileños..."

Tras el fracaso de este proyecto de 1903, el siguiente gran pilar sobre el que se asienta el nacimiento del futbol en Zaragoza, sería, en 1913, la Gimnástica, "el primer gran club con infraestructura y posibilidades reales de larga supervivencia". Su presidente era Don José María Demetrio Gayarre Lafuente, el que para todos está considerado como el "padre del futbol aragonés". José María Gayarre, nacido el 22 de diciembre de 1893 en el seno de una familia de procedencia navarra, fundó y presidió entre 1913 y 1915, el club deportivo más potente del momento: la Gimnástica Zaragozana. Según nos indica el propio Ciria "donde el Foot-ball Club de 1903 había fracasado, Gayarre tendría éxito. Su incipiente carrera política le permitió tener muy buenos contactos, apoyos financieros, y un grupo de personas influyentes que sí se involucraban podían arrastrar a otros muchos".

José María Gayarre, era, según indica Ciria, "el mayor amante del fútbol de esos años y la persona clave para entender este deporte en la Zaragoza del primer tercio del siglo XX; hilo conductor de todo lo que huele a fútbol y cuya historia personal es fiel reflejo del devenir de estos años. Los pequeños grupos de jóvenes estudiantes que desordenadamente jugaban en los compartidos y pedregosos terrenos de juego, tenían la visita todas las tardes de un joven con aspecto de ser más mayor, que se entretenía viéndolos correr y disfrutar, pero que lamentaba la desorganización. Sabía de fútbol y tarde tras tarde se iba acercando. Pacientemente, les enseñó las primeras lecciones teóricas. "Saque de esquina", les diría Gayarre, "desde aquí" o bien "saca allá". En ocasiones perdía la paciencia ante la fogosidad de los chavales, y se marchaba refunfuñando, pero al día siguiente retornaba sin ningún rencor. Los jóvenes le buscaban porque era el que más sabía y acabó siendo el "mártir del pito". Arbitraba casi todos los partidos, al principio sólo, pero poco después se le unió un militar de carrera que pasó por la Academia de Zaragoza, el teniente Luis Aizpurúa Reynoso, que posteriormente y ya fuera de Aragón alcanzaría el rango de coronel. Era el primer paso, pero Gayarre aspiraba a más..."

La Gimnástica "fue una realidad que duró tres años largos durante los cuales hubo un club con abundancia de socios, un buen equipo, con local social, con gorras de plato con insignias y hasta con pasodoble. Y hasta hubo buenos partidos. Pero hubo también rencillas, envidias, disidencias, personalismos. Y se fue abajo todo por falta de visión, que solo lavan la experiencia y los años, ocas ambas de que no se iba salvados". Gayarre, como presidente de la Gimnástica, se hizo con un campo propio, el conocido como Campo de la Química, en un solar muy cercano a la actual Plaza de Europa. Puede decirse que fue el primer "campo" (que no estadio) de futbol que existió en Zaragoza, ya que fue creado, única y exclusivamente, con este fin. No se puede denominar estadio ya que, en 1913, no estaba cerrado perimetralmente y no tenía las dimensiones reglamentarias.

La desaparición de la Gimnástica en 1915 puso suponer el principio del fin. Sin embargo, su germen sirvió para la creación de otras sociedades futbolísticas más o menos serias. Como bien dice Pedro Ciria, "de ese tronco muerto pero ejemplificante que fue la Gimnástica de José María Gayarre, surgieron pequeñas ramitas que daban cada vez más sólida vida al incipiente universo futbolístico". Los más importantes fueron el Pilar FC, el CD Fuenclara y por supuesto el España (que fue antes Athletic y luego Stadium) y el Iberia.

Real Sociedad Atlética Stadium (RSAS)

España, Athletic, Stadium, Real Sociedad Atlética Stadium, Zaragoza y Zaragoza CF. Así se podría definir la historia de las nomenclaturas de este club, la fin y al cabo una de las múltiples raíces del actual primer club de Aragón. En casi todos los libros de historia del Zaragoza existe confusión sobre los orígenes del Athletic y el España. El Paseo de la Mina, 3, era un patio que utilizaban los corazonistas para la gimnasia. Allí se jugaba al fútbol como si de recreo se tratara. El Athletic no jugaba allí sus partidos, lo hacía, como todos los equipos de Zaragoza, en el Campo de la Calle Bilbao.

En 1915 se forma el Athletic en el colegio de Corazonistas, primero como equipo infantil y en seguida tendrán equipo "senior" vistiendo camiseta roji-gualda.En 1918 el equipo se divide en dos: por una parte absorbe a los jugadores que quedan en Zaragoza del desaparecido Camerún, formando el España con camiseta blanca y escudo con la bandera de España manteniendo la "categoría" del Athletic en Primera.

Por otro lado, los antiguos fundadores del Athletic y los jugadores que se habían quedado fuera de la fusión con el Camerún, forman de nuevo el Athletic para jugar en tercera categoría. Ambos equipos se fusionan en 1919, bajo el nombre del Stadium.

Una de estas raíces, en cuyo momento álgido se llamó Stadium, nació primero denominándose España, fundado en 1915, por un grupo de alumnos del colegio Corazonistas, que en su mayoría habían formado parte de un equipo anterior denominado Athletic. Tenían su campo de juego en el Paseo de la Mina, 3, en el que fue conocido como campo de los "señoritos", en contraposición a su rival por antonomasia, el Iberia, que tuvo el honor de incorporar a los obreros de la fábrica Escoriaza a su club. Vestían jersey blanco y escudo con la bandera nacional. Sus integrantes más destacados eran los hermanos Paco y Jacobo Cano, Jesús Camón (su primo), Mariano Liria, los Monforte, los Lueña, Gay o Martín Chivite. Su presidente era Fermín Asirón y bajo su mandato, el primigenio Athletic, pasó a denominarse Sociedad Atlética Stadium, cambió sus colores por el jersey rojo de cuello y puños blancos. En 1922 pasó a denominarse el club Real Sociedad Atlética Stadium (RSAS). Emilio Ara Bescós, otro de los componentes del club, era amigo del Conde de Someruelos, que luego fue presidente de la Federación Española de Futbol, pero que en aquellos momentos ostentaba el cargo de jefe de la Casa Real de Alfonso XIII. A través de su intermediación obtuvo algo impensable y muy prestigioso, a la larga, determinante para la denominación actual del Real Zaragoza. Se consiguió el titulo de Real:

La concesión de este título tendrá a largo plazo, unas consecuencias inesperadas. Tras la fusión con el Zaragoza FC en 1925, el nuevo club pasa a llamarse Real Zaragoza CD, y tras la de 1932 con el Iberia, Zaragoza FC, perdiendo el título de Real por estar en plena República. Este título cae en el olvido, pero en 1951, Emilio Ara, de nuevo en la directiva del club, apela a esta antigua concesión y se retoma la antigua nomenclatura de Real Zaragoza CD.

En 1921 el Stadium busca hacer un campo y adquiere unos terrenos en el paseo la mina junto al hoy colegio corazonistas pero finalmente no daba el tamaño suficiente para construir un campo reglamentario y se queda como campo de entrenamiento y posteriormente será el campo de tenis del RZCT, por tanto sigue su búsqueda hasta llegar al Arrabal.

El salto del grupo de amigos a club de entidad se dio de la mano de Asirón, cuando arrendaron el campo del Arrabal en 1922, abandonando su antiguo estadio del Paseo de la Mina. En esa masa heterogénea se perfilaban nombres como los de Diego de Funes, Emilio Ara, Julio Ariño, Antonio Hormigón, o el viejo conocido que retorna: el Conde de Sobradiel. Por entonces ya había nacido la Federación y los campeonatos regionales, y la guerra entre clubs estaba a punto de comenzar. El Iberia se convertiría en el enemigo por antonomasia, frente al que se librarían batallas deportivas y extradeportivas a manos de los hombres del Stadium.

Emilio AraBescós, uno de los hombres más poderosos de la Zaragoza de primera mitad de siglo, puso sus medios materiales a disposición del club y gracias a su intermediación y a la de otros poderosos como Funes, se obtiene la cesión de los terrenos de la Torre de Bruil o de Asalto, gracias a la intermediación de PascualIrache y donde se construirá un magnifico estadio de futbol tras la fusión de Fuenclara y Zaragoza F.C. Ara puso mucho dinero de su bolsillo en sus diferentes etapas en el Zaragoza, siendo considerado por la mayoría como uno de los mejores directivos de la historia del club y, como ya hemos dicho, el impulsor de la actual denominación Real del Zaragoza.

Iberia Sport Club

El otro gran club del primer tercio de siglo en la ciudad de Zaragoza, fue el Iberia Sport Club, que nació el 25 de marzo de 1917 gracias al impulso de dos hermanos sudamericanos, concretamente argentinos, desde el colegio El Salvador. Los hermanos Abinzano y sus amigos, se reunían en el espacio de la Puerta de Santa Engracia en torno a un balón, un reglamento y unos cuantos periódicos americanos con reseñas de partidos. Según palabras de Ciria "estaban deseosos de hacer un equipo y jugar, y vieron en José María Gayarre el padrino que precisaban. Tenía una gran experiencia, el que más de Aragón, y lo más importante: ganas de echarles una mano. Estos muchachos heredaron las camisetas gualdinegras que sobraron de la Gimnástica, cedidas por José María Gayarre. Ese fue el humilde origen de los colores iberistas y a la postre zaragocistas".

El nombre de Iberia Sport Club, fue impuesto por los hermanos fundadores, que ya lo tenían pensado antes de llegar a España. El club se organizó rápido en base a talentos como Alfredo Smith, Ginés, Berdejo, Daniel Urroz, Felipe Sáenz de Cenzano, Manolo Escuin, Pepe Miguel, Fernando Andrés y los hermanos Ricardo y Julio Ostalé. Los mismos jugadores cotizaban como socios y entre ellos mismos se repartían los cargos directivos.

El Iberia fue, desde sus comienzos, el rival por excelencia de los "señoritos" del España-Stadium, contraponiéndose sobre todo por incorporar en sus filas elementos obreros de la industria Carde Escoriaza, que en poco tiempo poseerá un equipo propio, bastante potente y con buenas instalaciones. Además de esto, la característica que mejor definía al Iberia era su aguerrida forma de jugar, donde no primaba la técnica, si no la fuerza, la garra y la potencia. Un jugador encarnó por encima de todos, la esencia más pura de los iberistas: Juan Antonio Burges.

El Iberia se abastecía, básicamente, de jugadores regionales, pero cuando las circunstancias se pusieron propicias, se optó por incorporar a jóvenes universitarios procedentes del País Vasco, con excelente preparación física y que entroncaban perfectamente con el perfil que buscaba el Iberia. La disolución de la Unión Deportiva Universitaria, compuesta casi exclusivamente por estos estudiantes vascos, permitió a los equipos potentes echar sus redes sobre sus mejores jugadores. Fue el caso de Modesto Echevarría, uno de los mejores jugadores que pasaron por Zaragoza, cofundador del Deportivo Alavés, club con el que jugó en Primera División.

La composición de la directiva, que hasta entonces para el Iberia había sido algo secundario, pasó a ser prioritario, y el popular Luis Gayarre accedió a la presidencia, precipitando la incorporación de su hermano al club. Entre ambos hermanos, el club tomó más consistencia, entroncando directamente con la Federación Aragonesa de Sociedades Deportivas. Después llegaría la definitiva Federación Aragonesa de Futbol y las competiciones verdaderamente oficiales.

Los años veinte inaugurarán una frenética carrera de los dos grandes clubs zaragozanos por la hegemonía, y esta lucha será liderada, en ambos casos, por las personalidades más relevantes de la ciudad. Serán los años en los que nacen y crecen los organismos aglutinadores denominados federaciones, que darán luz a los primeros campeonatos oficiales.

Se termina el tiempo de los montones de ropa simulando los postes de las porterías, de los colegios religiosos como únicos impulsores del deporte del balompié, del campo de la calle Bilbao, del anonimato de los futbolistas, de la indiferencia del público general. Este tiempo de dificultades ha servido para asentar las bases del futbol. A la altura de 1920 ya nadie se atreverá a apedrear a un futbolista, nadie ignorará los ya cientos de personas que acuden los domingos a presenciar los partidos.

El Iberia alcanza en 1917 el título de Campeón Regional, al cual le seguirán los de 1918, 1919, 1920, 1921, 1923, 1926, 1927, 1928, 1929, 1930 y 1931. Por su parte, la Sociedad Atlética Stadium, conquista el Campeonato Regional en las ediciones de 1924 y 1925. Ya estable clara la hegemonía de estos dos equipos en el futbol zaragozano.

Cronológicamente le sigue el Zaragoza Foot-ball Club, entidad fundada en 1921 por Ricardo Arribas y que con un proyecto muy ambicioso pretende desbancar en el futuro al Iberia S.C., un club ya consolidado en la ciudad. El Zaragoza F.C. jugaba en el campo de Las Delicias, campo de la Federación desde Septiembre de 1922. Anteriormente no se disputa ningún partido oficial. Bien estructurado y con un respaldo económico notable, en lo sucesivo irá escalando puestos dentro del panorama local y regional. Juega en el Campo de la calle Asalto y se equipa con camisa roja de puños y cuello amarillos con pantalón blanco. Es una entidad que crece rápido y pronto es capaz de tutear a los grandes.

Coincidiendo con las fiestas del Pilar de 1921,fue inaugurado el Campo de Las Delicias, donde jugaron dos partidos amistosos el Madrid y el Barcelona.

El Campo de las Delicias (campo de la Federación, o Campo de la Hípica), fue inaugurado, como ya hemos dicho, en Septiembre de 1922 con un partido entre la RSA Stadium y el Tudelano. Los dos clásicos se jugaron en las fiestas del Pilar de 1922.

Sin terreno de juego propio, el Iberia toma la decisión de hacerse con uno y para ello arrienda unos terrenos de la calle Lasierra y los convierte en uno de los mejores terrenos de juego de su época en España. El 7 de octubre de 1923 procede a la inauguración del que será su Estadio de Torrero jugando frente a Osasuna. El resultado fue lo único desfavorable de la fiesta, al sucumbir el conjunto local por 1-4.

En 1924 el Zaragoza Foot-ball-Club llegó a un acuerdo con el C.D. Fuenclara, que carecía de campo propio reglamentario y había quedado en inferioridad de condiciones con relación a sus eternos rivales, el Iberia y el Stadium. El Zaragoza sí tenía campo, pero escasos efectivos deportivos y andaba en lugares de segunda fila. Se unieron en mayo de 1924 bajo la presidencia de Don Pascual Irache, figurando en la directiva Martín Sauras, Pedro Cerrada, Pallarés, Egido, Artigas, Rafael Barrachina, Calderón, Bel, Mateo, González...

Compraron el "Luna Park" de la calle Asalto, derribaron centenarios árboles y sobre lo que había sido torre de Bruil hicieron un campo nuevo, el de la calle Conde del Asalto. Dicen que la venta de los troncos de los árboles derribados fue la mayor fuente de ingresos en el recién nacido club. La inauguración del campo fue en el 19 de octubre de 1924 con el partido de la primera jornada de Liga entre el Zaragoza FC y la RSA Stadium. Ganaron los segundos por 1-4.

Ricardo Zamora también forma brevemente parte de la historia del fútbol en Zaragoza. La Deportiva Universitaria había contratatado unos partidos amistosos frente al Español en el mes de mayo de 1923, pero al no poder jugar Ricardo Zamora por una sanción federativa que arrastraba, aseguró su presencia en la primera ocasión que lo invitasen, como así sucedió el 15de julio de 1923 cuando se presentó con su club, el RCD Español, para jugar un amistoso frente al Iberia. En dicho partido los "periquitos" se impusieron por dos goles a cero, pero el hecho curioso se produjo cuando el mítico Ricardo Zamora, en aquel entonces portero de la Selección Nacional, y uno de los mejores guardametas del mundo, se alineó con el Iberia, que presentó para dicho partido, además del citado Zamora, a Urroz, Arana, Ginés, Tolosa, García, Barinaga, B. Berdejo, Troc, Smith, Rubio y Becana. Este partido se jugó en el campo de la Hípica, y sirvió como estaba previsto para promocionar el fútbol en Aragón.

Real Zaragoza C.D.

Pero la situación no debía ser tan buena ya que el 6 de agosto de 1925 se produce una nueva fusión, la del Zaragoza con la potente y desahogada Real Sociedad Atlética Stadium. Se conservó el color rojo de la camiseta del Stadium (los tomates) y el nombre de Real Zaragoza Club Deportivo. Las personas que hicieron posible esa fusión fueron el Conde de Sobradiel, Funés, Ariño, Ara, Cavero, Hormigón, Lasantas, Irache, Sauras, etc. Al perder los colores del Fuenclara, antiguos socios de este club, descontentos con el acuerdo abandonaron el nuevo club para formar el CD Juventud.

El Real Zaragoza C.D. mantiene la estructura, reconocimiento Real e idiosincrasia de la Real Sociedad Atlética Stadium, no modificando su tradicional camisa roja con pantalón azul y continuando siendo conocidos como "los tomates", empezando un despegue deportivo que lo lleva a competir en Tercera División durante la temporada 30/31. Ni la RSA Stadium, ni el Fuenclara ni el Zaragoza, llevaron nunca pantalón azul hasta esa fusión. Es la única nota diferente que no sabemos de donde salió, de la idiosincrasia entre la RSA Stadium y el resto.

Graves incidentes, producto de la pasión entre rivales llevó a una Asamblea Extraordinaria de la Federación Aragonesa donde la junta directiva tomó la determinación de dimitir. Por su parte, el Zaragoza presentó una carta anunciando su propósito de separarse de la federación regional.

Un año antes, la junta directiva del Iberia fue sancionada con dos años por la Federación Española debido a una carta que esta consideró injuriosa.

El 5 de diciembre de 1926 se disputó un partido de entrenamiento entre las selecciones de Aragón y de España, que estaba preparándose para un enfrentamiento ante Hungría. Con empate a un tanto finalizó el envite. Los equipos presentaron las siguientes alineaciones: 

ARAGÓN: Vilarrodona, Urdiroz, Ferrando, Arilla, Esparza, Sáez, Monforte, Armas, Óscar, Lerchundi y Güell. 

ESPAÑA: Zamora, Vallana, Montesinos, Matías, Mauricio, Riera, Samitier, Errazquín, Carmelo y Sagibarba.

En el mes de enero de 1927 de celebró un interesante duelo entre el Iberia SC y el Real Zaragoza CD.  En la imagen inferior, publicada por la revista Grafic Sport, el jugador del Zaragoza, Lozano, intenta un remate de cabeza.

El 10 de marzo de 1927 se disputó en el campo de Torrero un partido de desempate entre el Iberia y el Barcelona que ganaron los catalanes por 1-0 gracias a un "injusto" penalty, que motivó en la hinchada local gran escándalo dentro y fuera del campo. En éste se arrojaron botellas, botes y monedas contra el árbitro y jugadores forasteros, a los que se les prohibió la entrada a los vestuarios y subir al autocar para regresar al Hotel Europa donde estaban alojados (allí se construyó posteriormente el Banco de España). Se produjo un hecho insólito en el fútbol español, y es que los jugadores tuvieron que bajar andando por el medio del Paseo Sagasta, mientras escuchaban toda clase de insultos, eso sí, sin ser agredidos. Resultaba curiosa la estampa de los futbolistas, con los equipajes con que habían jugado, bajar entre el numeroso público que volvía del campo. Por el Barcelona jugaron: Llorens, Walter, Mas, Carulla, Castillo, Bosch, Piera, Arnau, Samitier, Arocha y Sagibarba. Con el Iberia formaban: Jaumandreu, Sauca, Sorribas, Epelde, Estanis, Cavia, Crespo, Gurruchaga, Zorrozúa, Centelles y Ruiz.

También en 1927 se fundó el equipo de la S.D. Arenas de Zaragoza después del formidable partido que jugó el Arenas de Guecho contra todas las figuras del Barcelona, remontando un tanteador adverso. El partido se jugó en Zaragoza, en el campo de la calle Asalto, y correspondiente a las semifinales del Campeonato de España de 1927. El Barcelona se puso 2-3 en el marcador, pero antes de cumplirse los 90 minutos reglamentarios el jugador del Arenas Anduiza (que posteriormente jugó en el Zaragoza), logró el empate a tres. Tras un breve descanso se inició la prórroga y cuando apenas se llevaba un minuto, se produjo un centro de Robus que Muntaner no acertó a despejar y Yermo, que andaba renqueante, remató con gran esfuerzo a la red de Plattko el tanto de la victoria del Arenas que lo clasificaba para la gran final del campeonato de España. Causó tal impresión en la capital del Ebro la actuación del equipo vasco, que un grupo de aficionados acordaron formar otro en Zaragoza con los mismos colores e igual nombre.

Con la aparición del profesionalismo los clubes sintieron la necesidad de organizar nuevas y más potentes competiciones. Para ello organizaron los Campeonatos Nacionales de Liga donde el Iberia fue incluido en la 2ª división y el Zaragoza en la 2ª división "B". El Iberia rozó el ascenso a 1ª división, oportunidad que desaprovechó tan solo por la diferencia de goles frente al Sevilla, que fue quién finalmente obtuvo el honor del ascenso.

En 1930, se registra un nuevo intento de fusión con el C.D. Patria. El Zaragoza estaba en una mala situación económica, debía tres mil pesetas al Patria y había logrado en asamblea federativa una moratoria para diversas deudas y le interesaba salir del trance. No se llegó a un acuerdo y hubo una anécdota en ello porque dando por supuesta la unión, cedió algunos jugadores al Patria y, fracasado el intento de fusión, se negó a devolverlos. Eran Nogués -el primer internacional aragonés-, David, Daudén y Rioja. Este último fue directivo del club en los años sesenta.

Esta aventura, contrariamente a lo esperado, no es halagüeña para las arcas del club zaragozano y la fuerte inversión en fichajes y la carestía de los desplazamientos ocasionan que económicamente se atraviese una gran crisis, disputándose la campaña 31/32 en Regional ya con el nombre de Zaragoza C.D. al haberse instaurado la II República recientemente.

Fuertemente endeudado y con numerosos acreedores, el 2 de diciembre de 1931 la federación aragonesa de futbol cancela la inscripción del Zaragoza C.D. por falta de pago de sus cuotas.

Entrados en los años 30 las dificultades económicas se hicieron generales en los clubes zaragozanos. Los clubes se vieron obligados a realizar traspasos de sus mejores figuras. De esta forma el 16 de mayo de 1931 el Patria es dado de baja en la federación, el Zaragoza se desprende de Nogués por una cantidad para subsistir y el Iberia desciende a 3ª división.

Debido a esta situación, desde la Federación Aragonesa se creyó oportuno un acercamiento entre los dos clubes aragoneses para realizar una nueva fusión. Tras muchas reuniones, al final se aparcó la idea para mejor ocasión.

En 1931-32 cada uno de los dos equipos disputó un Campeonato Mancomunado diferente siendo un verdadero desastre la experiencia.

Los resultados, tanto dentro como fuera del terreno de juego, dieron un nuevo impulso al proyecto de unificación. En éstas, el Zaragoza se ve nuevamente acuciado por las deudas. La Federación Aragonesa le insta a saldarlas, pero ante la imposibilidad o al desinterés de cumplir con los pagos, el club fue dado de baja el 2 de mayo de 1932.

El 2 de marzo de 1932 el Heraldo de Aragón se hace eco de la reunión celebrada el 28 de febrero entre directivos del Iberia y Zaragoza. En dicha noticia, y bajo el título "Hacia la formación de un club potente y representativo del fútbol regional", se pone de manifiesto la voluntad de reorganizar el fútbol local, cuya crisis estaba latente. Dejando atrás prejuicios y aunando esfuerzos se desarrolló el encuentro. El Iberia y el Zaragoza tenían verdaderos deseos de que el fútbol aragonés alcanzase a nivel nacional el lugar que merecía.Gayarre,Ara, Herrero, Hormigón, Muniesa, Monclús, Sánchez y otros apoyaron la idea de crear un nuevo club donde todas las tendencias quedaran representadas. El Sr. Herreros fue el encargado de comunicar al CD Zaragoza los acuerdos alcanzados.

El 4 de marzo, el diario La Voz de Aragón incluía una nota del Zaragoza C.D. en la que se convocaba para ese mismo día una Junta general extraordinaria para resolver sobre "la invitación recibida para la formación de un solo club".

Por su parte, el otro club implicado, el Iberia S.C., también convocaba a sus socios a una Junta General extraordinaria hacía su propio anuncio en la prensa el 17 de marzo de 1932:

La unión entre ambos clubs, "tomates" y "avispas", no se hace esperar y cinco representantes de cada entidad firman un documento que supondrá la extinción del Iberia S.C. y la admisión de sus derechos federativos por parte de un nuevo club. Sin embargo, el acuerdo firmado ciertamente no fue una fusión, sino la unión no federativa del Iberia S.C. y de Zaragoza C.D., puesto que éste último, a pesar de que seguía legalizado, carecía de estadio, jugadores y directivos, además de arrastrar deudas de carácter económico y haber perdido sus derechos federativos al haber sido dado de baja en la Federación Aragonesa pocos meses atrás. Así lo explica, en una nota informativa informativa aparecida en La Voz de Aragón el 24 de marzo de 1932:

José María Gayarre, presidente del Iberia S.C., no renuncia a perder el apoyo de la afición de los "tomates" y decide crear un nuevo club para dar cabida a toda la sociedad zaragozana. Los directivos del Iberia S.C. impusieron sus condiciones para la fundación del nuevo equipo, como la de mantener el Campo de Torrero como terreno de juego, no aceptar la deuda anterior arrastrada por el Zaragoza C.D., aportar 15 jugadores al nuevo equipo, así como el entrenadorElías Sauca, y usar como emblema el escudo de la ciudad rodeado con bordes amarillo y negro, colores representativos del Iberia S.C.

Así informaba el diario La Voz de Aragón sobre el club recién creado:

Cito textualmente la nota aparecida a pie del dibujo: "Esto, que a primera vista parece un jeroglífico, es, sin embargo, la cosa mas sencilla del mundo. Verás, lector:

Una insignia que se borra y otra que le imita. Un uniforme que desaparece y otro que no puede ser menos. Dos Clubs, en fin, que dejan a un lado sus historiales brillantísimos y se sacrifican para dar paso a una entidad nueva que tenga pronto la importancia que nuestra ciudad requiere.

Algo parecido a una fusión, pero no lo es en realidad. Interés de un puñado de caballeros deportistas en que el fútbol aragonés, sobre todo, vuelva sobre sus perdidos prestigios. Nada mas y nada menos.

Mañana, una muchachada, tomada parte de ella como base para el futuro, saltará al terreno de juego del glorioso campo de Torrrero vestida con la camiseta blanca y el pantalón azul de ahora para defender con la energía y el entusiasmo precisos al Zaragoza Fútbol Club.

Para los hermanos Abinzano, fundadores de la sociedad del guadinegro color; para el llorado Fermín Asirón, creador del rival que a aquello hacía falta, nuestro recuerdo más señalado en estos instantes precisos. Para el Club que nace con salud prometedora de una vida larga y fructífera, nuestra mas cordial y sincera enhorabuena.

Aficionado que ya no sabrás de antagonismos y recelos mutuos: ¡Hurra el Zaragoza Fútbol Club!".

Así nace el 18 de marzo de 1932 el Zaragoza Futbol Club, club que toma los colores de la Federación Aragonesa, es decir, camisa blanca y pantalón celeste, siendo el propio Gayarre el primer presidente de la entidad resultante. Su campo de juego será Torrero, tal y como se acuerda, feudo de los "avispas" y que será empleado en lo sucesivo hasta décadas después.

El periodista de Heraldo de Aragón Mefisto, celebraba el fin de la guerra deportiva entre "avispas" y "tomates" con esta composición poética:

"¡Bandera blanca!.... Ha nacido

la paz de los futbolistas

con el abrazo al Iberia

del grupo zaragocista.

El escudo ciudadano

de la bandera blanquísima

acabó con las pasiones

de los bandos deportistas.

Ahora ya no habrá ensalada

ni aguijonazos con ira

porque igual que los tomates

se acabaron los avispas".

El estreno del recién creado Zaragoza F.C. no se hizo esperar, y el 19 de marzo ya se anunciaba en la prensa local el primer partido frente al Valladolid:

El primer partido del recién nacido Zaragoza F.C., se disputó el 20 de marzo de 1932, en el campo de Torrero, frente al Valladolid al que ganó por 4-0, y la histórica alineación fue esta: Osés; Chomin Chacartegui, Epelde, Orcolaga, Zorrozúa, Almandoz, Anduiza, Salas, Tomás, Juan Chacartegui y Rolloso.

El viernes 8 de abril de 1932 se publicaba en La Voz de Aragón una interesante entrevista con el vicepresidente segundo del Zaragoza F.C. Don José María Gayarre y en la cual hace hincapié, sobre todo, en la necesidad de que el nuevo club cuente con el mayor número de socios posible. Esta es la entrevista completa:

  • "¿Van por buen camino las gestiones para ver realizado el ideal perseguido por el Zaragoza F.C. nada más nacer?
  • Como ya es sabido, el ideal que persigue el Zaragoza F.C., con su nacimiento, es aunar todos los esfuerzos disgregados hasta el momento; hacer que cuantas voluntades han actuado en el movimiento futbolístico local encuentren un medio de desevolverse nuevamente con la holgura y la satisfacción de sentirse amparadas en un ambiente unánime; aprovechar cuando de valioso pueda haber para que la labor a realizar responda al esfuerzo que se pretende hacer y rinda a la población el provecho moral y material que ella se merece. En una palabra, que se acaben los antagonismos, las rencillas y las divisiones y que todos a una laboremos con interés para sacar adelante algo que sea prueba de nuestra potencialidad. Pues bien, hasta ahora no pueden ir mejor las gestiones encaminadas al logro de ese deseo. El nuev Club está en marcha y el pensamient unánime que a todos anima es el mismo que ha presidido las gestiones preliminares y el mismo que ha de seguir dominando en los actos posteriores; ganar el tiempo perdido y hacer que Zaragoza cuente con un potente Club Deportivo, que preste el mayor cuidado a todos los deportes y que cuide el fútbol en su aspecto espectacular con el mayor cariño.

Don José María Gayarre, vicepresidente segundo y primer presidente en funciones del Zaragoza F.C.

  • ¿Qué medios son necesarios para que el éxito más completo corone los aspectos preliminares?
  • Si se pretendiera hacer un club a base de la liberalidad de una o dos personas que cargaran sobre su bolsillo el capricho de satisfacer el gusto de los más, se edificaría sobre terreno movedizo. El nuevo Club ha de vivir de todos cuantos simpaticen con la idea de su génesis. El medio, pues, mas acertado de consolidar su existencia será que todos le presten su apoyo inscribiéndose como socios. En una población de la importancia de Zaragoza no será mucho pedir que un club deportivo cuente con una masa de asociados que oscile entre tres y cuatro mil. Cualquiera de los dos clubs anteriormente existentes llegaron en sus momentos culminantes a sobrepasar los dos mil. Si todos los que lo fueron se sienten de verdad representados en la nueva organización, cabe esperar la cifra ya citada; si a ellos se unen cuantos sin ser aficionados, se sienten tan buenos zaragozanos y recuerdan los días provechosos que el fútbol proporcionó a nuestra ciudad, deseando colaborar para que puedan repetirse, cabe, con fundamento, afirmar que el nuevo Club contará con los medios necesarios para que el éxito corone los esfuerzos preliminares. Porque, debo añadir que para mi, el éxito mas completo será asentar y asegurar su vida económica, junt a lo cual todo lo demás es secundario. Ya sé que para muchos, el éxito más completo sería tener un equipo potente, ganar todos los partidos y que hubiera muchos cada mes; a ser posible, mas que domingos; hasta oigo hablar ya de posibles jugadores... Pero dejarnos llevar de ese delirio sería caer en lo mismo que unos y otros hemos caído tantas veces (yo menos que nadie, porque siempre he tenido el mismo criterio radical en estos aspectos). Hay que ir poco a poco; primero constituir el Club; ya está. Y nadie podrá dudar que su constitución es un acierto, principalmente por la calidad y significación de las personas a quienes se confía su dirección, exclusión hecha de la mía, naturalmente. Después asegurar su existencia; en eso estamos: esperando que lluevan los socios. Después de bien asegurados, pensar en el porvenir y llegar en el esfuerzo hasta donde se pueda, pero ni un milímetro más allá. Ello dice bien claro que a mayor posibilidad podrá corresponder mayor esfuerzo. Ya lo saben, pues, los impacientes; ya lo saben todos. A conseguir que el número de socios sea lo mayor posible. Y entonces a exigir. A exigir una política afirmativa en Madrid que nos coloque en el rango que corresponde a Zaragoza, del que nosotros seremos garantía con la fortaleza de nuestra potencialidad; a exigir la constitución de un conjunto de equipo que pueda llenar las aspiraciones de la afición y que responda al esfuerzo realizado. Pero todo ello escalonado y en el orden que se indica. Para cuando haya que ir a Madrid es preciso saber que se cuenta con un gran Club. Cuando se sepa que en Madrid se modifican las competiciones y que Zaragoza está en el lugar que le corresponde, a reunir un equipo adecuado a las circunstancias. Si el orden se alterara, todo puede caer por su base; porque ¿para que hablar de equipo si no hay seguridad de éxito económico, o si hemos de seguir en el mism plan de competiciones absurdas?
  • ¿Pueden llevarse a cabo tales aspiraciones con solo los medios de referencia?
  • Sí, rotundamente, sí. Asegurada la vida del club y asegurada por este procedimiento, está asegurado el éxito; lo creo firmemente. Estamos un poco ofuscados al creer, como se ha creido hasta ahora, que los clubs futbolísticos pueden vivir y viven de la taquilla de su espectáculo. La realidad nos está demostrand que allí donde no había mas raigambre que a confianza en esos ingresos, se ha producido y se produce el derrumbamiento de todo en cuanto las cosas no han salido muy bien; y en estos asuntos lo corriente es que salgan las cosas mal o regular; bien, muy bien, salen pocas veces; y si la vida de un club ha de depender de ello, puede asegurarse que vive condenado a muerte. ¿Para que citar ejemplos? Bien, pues para que el club viva de sus propios medios hace falta: primero, lo que ya se ha indicado, es decir, colaboración unánime y entusiasta; después, que se fomenten todo lo posible aquellas actividades deportivas que puedan asegurar la permanencia de sectores de afición adcritos al club, en el cual encuentren el mayor amparo posible. Y eso es para nosotros fácil, porque se dispone de medios. La magnífica piscina de Torrero, su encuadramiento admirable, puede servir durante una temporada del año, la peor para el club, de acicate para multitud de elementos. Todo depende de la orientación que se le imprima. Hay allí mismo terrenos más que suficientes para intentar que se trasplanten a nuestro nuevo ambiente manifestaciones deportivas tan interesantes como el tennis; no ha de olvidarse la importancia, el incremento del ciclismo; el intento de otros deportes cuyo cultiv puede estimular a muchos. En resumen, la verdadera raigambre del club ha de constituirla, de una parte, el deseo de todos de colaborar a la obra iniciada; de otra, la satisfacción que pueda experimentarse al encontrar logradas las mas diversas aspiraciones: espectáculo futbolístico adecuado, en el que nos represente un buen conjunto; práctica posible de diversos deportes, siempre desde un punto de vista amateur, etc., etc.
  • ¿Algo respecto a proyectos en cartera, tales como partidos a celebrar, labor a desarrollar en la próxima Asamblea de clubs de fútbolmodificaciones en el equipo actua, etcétera?
  • Hemos llegado a la cuarta pregunta (lo que, deportivamente, no nos coge de nuevas) y están casi contestados sus diversos extremos. Proyectos, pocos, pero que puedan ser realidades. Por de pronto hay que aceptar que esta primera época del club ha de ser de tanteo. Cautela hasta ver el número de socios y su espontaneidad en la inscripción; cautela hasta conocer lo que ocurre en la Asamblea de Madrid y la orientación que se da a las competiciones oficiales próximas. si estos dos puntos se resuelven bien, se deberá afrontar decididamente el porvenir, llegando a donde sea preciso. Hasta que así sea, cautela, mucha cautela. Claro que no soy partidario de esperar sentado, sino caminando y en este sentid estim que se deben aprovechar todas las posibles fechas para dar a los aficionados buenos partidos, entendiendo por tales la presentación de equipos de superior categoría a la que hasta ahora teníamos. Estamos en pleno Campeonato de España y no podemos hacer, en este sentido, todo lo que se querría. Pero bueno será hacer presente que para el día 14 de este mes, fiesta de la República, se ha concertado un encuentro con el F.C. Barcelona, sacrificio enorme al que es de esperar responda la afición. Para el día 24 de este mismo mes vendrá el Donostia F.C.; sin fijar fecha, está concertado jugar con el Deportivo Alavés y habrá que esperar las eliminaciones naturales del mencionado campeonato para ir concertando otras visitas de igual categoría. Y esos equipos ¿contra quien van a jugar? Pues, por ahora, contra el equipo que tiene el Club, sobradamente conocido. En todo cuanto llevo dicho está la justificación de la respuesta. Ese "por ahora" no depende de la directiva modificarlo; depende de todo lo demás que queda consignado. Responde así a la parte del interrogante que se refiere a las modificaciones en el equipo. Es prematuro hablar de eso ahora; después habrá que ver lo que se hace o lo que se deshace. Claro que, para mis adentros, tengo formado criterio; pero eso, también por ahora, pertenece al secreto de sumario. En cambio no lo tengo en lo que se refiere a la actitud a seguir en la próxima Asamblea. Siempre ha llevado estos asuntos Muniesa, y es él quien, con su autoridad, su prestigio y su conocimiento del asunto ha de imprimir carácter a nuestra actitud. Yo me limito a decir que si no se modifican las competiciones actuales, no podrán continuar la mitad de los clubs existentes; y que esa modificación ha de afrontarse sincera y radicalmente; no tratando de defender los intereses de tales o cuales clubs, si no mirando de frente el interés general del fútbol, cuya crisis actual tiene su origen la ficticia estabilidad de los clubs. Que haya fútbol donde verdaderamente pueda y deba haberlo; que se acorten todo lo posible las distancias, en todos los sentidos, y que, con los respetos debidos a los verdaderamente "históricos", no se debe morir a los más por salvar egoístamente a unos cuantos.
  • ¿Punto final ya?
  • Creo que es el momento ¿no?Sírvans, pues, para ello la aclaración de que todo cuanto llevo consignado responde a un criterio personal mío, que si bien ha sido reiteradamente expuesto donde convenía, y es posible que sea compartido, no quiere ello decir que, por mi conducto, sea el exponente de la manera de pensar del Zaragoza F.C. y en especial de su Junta Directiva, en la que no significo otra cosa que una de tantas voluntades, la menos estimable, puesta a su servicio, que si en estos momentos desempeña funciones de accidentalidad, se debe tan sólo a la amabilidad y a la condescendencia de quienes mas que compañeros son ya amigos.

El segundo compromiso amistoso del Zaragoza F.C., tal y como señala Gayarre en a anterior entrevista, se disputó en Torrero el 14 de abril de 1932 (día de la República) frente al todopoderoso F.C. Barcelona. En un gran partido, el conjunto local se impuso a los azulgranas por tres goles a uno.

Un breve resumen de la crónica de este partido aparecida en La Voz de Aragón:

"Uno a cero en el primer tiempo, a favor del Zaragoza. Así: Tomás alcanzó un pase de Anduiza y sobre la marcha, desde lejos, apretó el gatillo, resultándole un pildorazo portentoso que dejó a Jaguaré viendo visiones.

Antes, Roig, envió a las manos de Osés un penalti con que Ostalé, demasiado severo, castigo unas manos de Juanito Chacártegui, hechas, claro está, dentro del área.

Tres goals más tras el intermedio. Uno, el del empate, marcado por Diego, sin que nadie le molestase: otro por Zorrozúa, que remató fuerte un pase de Rolloso y el último por Anduíza, luego de una primorosa arrancada de Rolloso, cuyo centro dejó pasar Zorrozúa porque "vió" la mejor colocación del citado Anduiza.

Hacia el final un incidente lamentabilísimo: Dos Santos dejó conmocionado a Tomás de un patadón, en el pecho al parecer. Tres o cuatro exaltados arrojándose al campo, hubo un insignificante cambio de bofetadas y al minuto escaso de reanudarse el partido, Ostalé silbaba el final.

En el Barcelona destacaron con fuerza Dos Santos, Martí, Sanfeliu, Diego y Parera. El resto muy irregular. Por el Zaragoza fueron el trío defensivo Epelde y Tomás los de acción más tesonera. Sobre la actuación del once en la segunda parte no cabe hacer distingos.

Julio Ostalé, que se equivocó unas cuantas veces, alineó los siguientes equipos:

Barcelona: Jaguaré; Rafa, Sanfeliu; Martí, Dos Santos, Gámiz; Diego, Goiburu, Gual, Roig y Parera.

Zaragoza: Osés; Chacártegui I, Chacártegui II; Epelde, Orcolaga, Salas; Rolloso, Zorrozúa, Anduiza, Tomás y Almandoz.

A lo largo de la pelea y, casualmente, Anduiza y Gual, se lesionaron, permaneciend breves momentos fuera del terreno de juego. Los blancos no hicieron uso del reserva y sí sus contrarios. Font, que era el del Barcelona, estuvo a punto de "mojar" impidiéndoselo Epelde.

SANCIÓN GUBERNATIVA: Al jugador de fútbol Dos Santos, del equipo del Barcelona, que lesionó al jugador Tomás, del Zaragoza, impuso el gobernador una multa de cien pesetas".

Unos días más tarde, el 24 de abril de 1932, visitaba Torrero el poderoso equipo del Donostia F.C., en un nuevo partido amistoso concertado por los dirigentes zaragocistas. El partido finalizó con empate a un gol, pero el conjunto local fue merecedor de un mejor resultado. Un tiro al larguero de Anduíza; otro tiro al poste de Tomás y un balón sacado bajo los palos por un defensa donostiarra con el portero batido, fueron algunas acciones destacadas en el primer tiempo.

Pero, a pesar del dominio zaragocista, el partido estuvo a punto de ganarlo el equipo visitante que se adelantó en el marcador a poco del final tras una indecisión de los hermanos Chacártegui que fue bien aprovechada por Inchausti. Salas, en la jugada siguiente, puso las tablas definitivas en el marcador. 

Casi un mes más tarde, el 22 de mayo de 1932, y tras anular por diversas circunstancias algún otro partido previsto, se disputó en Torrero un nuevo amistoso frente al Osasuna de Pamplona. Según nos cuenta la crónica aparecidaen La Voz de Aragón, ambos equipos tan solo estuvieron a buen nivel en la primera parte, donde se marcaron los cinco goles del partido, cuatro para el Zaragoza y uno para los navarros. Así lo contaba el cronista:

"...Entre Anduíza y Zorrozúa, y después de un chupinazo emocionante de los rojos, nada más empezar, que se estrelló en el travesaño, se marcó el primer tanto para casa, a la salida de un saque de esquina. En pleno dominio zaragocista, Anduiza volvió a "mojar", aprovechando una salida en falso del meta navarro. Más tarde, una rápida escapada de Jaso la terminó el mismo jugador con un buen tiro, que fue el único "goal" para los suyos. Por último, Zorrozúa, terminó felizmente dos excelentes servicios de sus compañeros de línea estableciendo el 4-1 definitivo.

Las alineaciones fueron:

Osasuna: Ustarroz; Moreno, Urdiroz; Irigaray, Bezunartea, Urdiroz II; Urrizalqui, Julio, Oyander, Gil y Jaso.

Zaragoza: Osés, Chacártegui I, Chacártegui II; Epelde, Orcolaga, Salas; Rolloso, Zorrozúa, Anduíza, Tomás y Almandoz.

El arbitraje de Marqueta, discreto.

A bombo y platillo se anunciaban en la prensa local los dos siguientes partidos amistosos frente al mismo rival, el histórico Arenas Club de Guecho, uno de los diez equipos españoles que fueron protagonistas del primer Campeonato Nacional de Liga de Primera División. El primero de estos partidos se disputó en Torrero el jueves 26 de mayo de 1932. Con un discreto arbitraje del señor Vera, los equipos se alinearon de la siguiente forma:

Arenas: Eguzquiza; Eguzquiaguirre, Arrieta; Villagrán, Chapartegui, Bilbao; Saro, García, Iriondo, Menchaca y Emilín:

Zaragoza: Osés; Chacártegui I, Chacártegui II; Epelde, Orcolaga, Salas; Rolloso, Zorrozúa, Anduíza, Tomás y Almandoz.

El conjunto dirigido por Elías Sauca, se impuso a los areneros por 4-2. Marcó primero el Arenas por mediación de Emilín, aprovechando una salida en falso de Osés. Antes del descanso, Rolloso transformó un penalti con que se castigaron unas manos de Egusquiaguirredentr del área. En el segundo tiempo, Tomás de un magnifico tiro lejano, deshizo el empate; Iriondo alcanzando un despeje floj de Osés a un chupinazo de García, volvió a igualar la contienda; Anduíza, tras un fallo de los defensas areneros, disparó con fuerza y puso por delante en el marcador al Zaragoza. Por último, este mismo jugador a la salida de un córner botado por Rolloso, resolvió la comprometida situación creada ante Eguzquiza, batiéndole por última vez.

Cuatro días más tarde, el domingo 29 de mayo de 1932, se disputaría un nuevo partido amistoso frente al mismo rival, el Arenas Club de Guecho. Debido a las "circunstancias especialísimas" (económicas), el Club emitió una nota informativa en la prensa local el sábado 28 (un día antes del partido), en la cual se comunicaba que los socios deberían abonar el cincuenta por ciento de la entrada para dicho partido:

Los socios acogieron de buen grado la petición del Club, y el partido se disputó con el resultado de una nueva victoria del Zaragoza, en esta ocasión por 3-2. Los areneros pudieron golear en los primeros minutos, en los que perdonaron cuatro goles cantados. Sin embargo, tal y como nos cuenta en su crónica del partido el diario La Voz de Aragón:

"...a los 25 minutos, en una arrancada del Zaragoza, se hizo Zorrozúa con la pelota, corriéndose el extremo y sirviendo un centro formidable que Tomás, embalado, remató imparablemente a las mallas. No tardó en producirse el empate por mediación del interior derecha, García, que tras un vistoso regate lanzó un chut por bajo que Osés no vio. A los 35 minutos, un centro de Rolloso lo remató Zorrozúa de volea, quedándose el portero viendo visiones. Los jugadores del Arenas pidieron off-side, que en realidad no existió. Al final del primer tiempo tiró Orcolaga un golpe franco, al que entraron al remate, en tromba, Anduiza y Tomás, haciendo el goal este último. Terminó el primer tiempo con 3 a 1. A mitad del segundo, un centro de Saro lo despejo flojo Osés, acudiendo al remate Menchaca y fusilando el goal.

El árbitro,Bernardos, fatal. En el segundo tiempo se retiró Orcolaga, saliend Perico y bajando Zorrozá al medio centro. También hubo de ser retirado Menchaca, lesionado en un encontronazo. Y al final del partido, en una melée ante la puerta del Zaragoza, resultó lesionado Chomín Chacártegui. Los equipos fueron:

Arenas: Eguzquiza; Eguzguiaguirre, Arrieta; Villagrán, Chapartegui (Calvo en el segundo tiempo), Bilbao; Saro, García, Iriondo, Menchaca y Teófilo.

Zaragoza: Osés, Chacártegui I, Chacártegui II; Epelde, Orcolaga (Perico en el segundo tiempo), Salas; Rolloso, Zorrozúa, Anduíza, Tomás y Almandoz."

El 10 de junio de 1932 se anunciaban tres nuevos duelos amistosos: el primero frente al Deportivo Alavés el domingo 12 de junio. Una semana más tarde, el 19, se jugaría frente al C.D. Español, en Barcelona. Este equipo devolvería la visita al domingo siguiente:

Frente al Deportivo Alavés, se impusieron los blanquillos por 3-1 con dos goles de Rolloso y otro de Zorrozúa. Esta es la breve crónica aparecida en La Voz de Aragón:

El primer partido de la historia del Zaragoza lejos del calor de su estadio de Torrero, se disputó el domingo 19 de junio de 1932 en Casa-Rabiá frente al C.D. Español de Barcelona. Este histórico partido también fue ganado por el conjunto aragonés tras realizar un magnífico partido. El Español dominó al inicio del partido pero no supo tirar a la puerta. El primer tiempo ya ganaba el Zaragoza por 0-1 gracias a un gol de Tomás a los 35 minutos. En la segunda parte, a los tres minutos, un gran ataque del Zaragoza permite que, de nuevo Tomás, meta el pie y logre el segundo gol para los suyos. Dos minutos más tarde, el Español logra su tanto, obra de Bosch a rematar un centro de Prats. A los trece minutos de juego de esta segunda parte, un centro de Almandoz lo remata estupendamente de cabeza Anduíza y el Zaragoza logra el 1-3 definitivo. Los equipos presentaron las siguientes alineaciones:

Español: Florenza (en la segunda parte Baldrich); Arater, Sorribas; Trabal, Solé, Pausás; Prat, Besolí, Edelmiro, Bosch y Juvé.

Zaragoza: Osés; Chacártegui I, Chacártegui II; Epelde, Latre (en la segunda parte Castellot), Orcolaga; Rolloso, Zorrozúa, Anduíza, Tomás y Almandoz.

Teddy, el brillante cronista de El Mundo Deportivo, de Barcelona, escribía lo siguiente sobre la actuación del Zaragoza en su primer partido a domicilio:

"No queremos, al decir que el Español estuvo mal, desvirtuar en lo más mínimo la magnífica victoria del Zaragoza. Este equipo ser portó bravamente, a la altura de la nombradía y del historial magnifico conquistado desde la fusión del Iberia y del Zaragoza. Es el cuadro aragonés un fuerte equipo que tiene su máxima potencia en la defensa con los hermanos Chacártegui y el guardavalla Osés y en la delantera en el interior Tomasín y el centr Anduíza; esto nos dijeron y esto pudimos constatarlo ayer. Sobre todo por lo que toca a la defensa, porque hemos de añadir que en el primer tiempo, a pesar del mal juego del Español, éste dominó gracias a la línea media, que fueron los menos malos del equipo, pues en este primer tiempo la defensa del Zaragoza demostró palpablemente que no en vano se susurra en los mentideros futbolísticos que pueden sustituir en el once nacional español a Ciriaco y Quincoces; son los hermanos Chacártegui, dos jugadores seguros, de fuerte pegada y que se entienden a maravilla. Con este par de zagueros y Osés en la puerta, que es bueno de veras también, puede el Zaragoza descansar y prepararse para las luchas venideras con la seguridad de que darán más de un susto.

La línea media, con ser buena, no tiene ni de mucho, las excelencias de la zaga, pero en el centro de la línea vimos un jugador joven, Latre, que puede cuajar y será sin duda un excelente medio centro.

Lo más endeble del cuadro zaragozano es, o cuando menos ayer los fue, los exteriores. Ni Rolloso ni Almandoz jugaron como sus tres compañeros de línea. Y como complemento, el equipo del Zaragoza, tiene temple, tiene alma y todos y cada uno de sus componentes no dan por terminada una jugada hasta que el balón no ha traspasado los límites de terreno de juego; son codiciosos y fuertes; eso impidió que el Español marcara en el primer tiempo a pesar del dominio, y eso también les permitió igualar el juego en el segundo y apuntarse una victoria al final que deberá, lógicamente, llenarles de júbilo".

Antes de que el Español devolviera la visita al Zaragoza (finalmente este partido se disputó el miércoles 29 de junio), el domingo 26 de junio de 1932, a las cinco de la tarde, se disputó un nuevo partido amistoso en Torrero entre el Zaragoza F.C. y el Club Deportivo Logroño. Fue la primera (e inesperada) derrota del recién creado Zaragoza F.C., ya que los chicos del Logroño se impusieron a los blanquillos por 1-2. Después de todos los triunfos cosechados sobre onces de gran renombre y sobre todo tras la brillante victoria unos días antes frente a un equipo del potencial del Español y en su propio estadio, el Logroño parecía "pan comido". La línea media zaragocista no dio una a derechas en todo el partido y fue sin duda la gran responsable del brillante triunfo de los riojanos, que hicieron un gran partido.

El ultimo partido amistoso antes de las vacaciones de verano (29 de junio de 1932), fue la consabida visita del Club Deportivo Español a Torrero, donde se tomaron cumplida venganza de la derrota sufrida unos días antes en su estadio imponiéndose con rotundidad al Zaragoza por 1-6. La Voz de Aragón titulaba "Un aplastamiento que no debió suceder". Los equipos presentaron las siguientes alineaciones: 

Español: Florenza; Arater, Moliné; Trabal, Solé, Cristiá; Prat, Xifreu (Sastre en el segundo tiempo), Edelmiro, Bosch y Juvé.

Zaragoza: Osés; Chacártegui I, Chacártegui II; Epelde, Astoreca, Orcolaga, Rolloso, Cachi, Anduíza, Tomás y Almandoz. 

Cero a cinco para el Español en la primera parte con goles de Bosch, Solé de penalti, dos de Edelmiro y de nuevo Bosch.  En la segunda parte, Rolloso para el Zaragoza y Edelmiro para el Español, establecieron el 1-6 definitivo. 

El nombre del club ha ido variando a lo largo de la historia. En febrero de 1941 se castellaniza por imperativo legal la denominación del club y pasan a ser conocidos como Zaragoza Club de Fútbol. El 30 de marzo de 1951, mediante asamblea extraordinaria se cambia de nuevo el nombre dela entidad, pasando a ser Real Zaragoza Club Deportivo, reivindicación que corrobora el pasado realista de uno de sus antiguos fundadores, la Real Sociedad Atlética Stadium. A nivel extradeportivo, destaca la conversión en Sociedad Anónima Deportiva durante 1992 por imposición legal y tras reunir los 539 millones de pesetas requeridos por el CSD, siendo elegido presidente Alfonso Solans el 2 de septiembre con el nuevo consejo de administración, quien estabiliza el club económicamente. La entidad tras este importante movimiento cambia de nombre y pasa a ser Real Zaragoza, S.A.D., nombre que conserva en la actualidad.

Desde aquella lejana fecha, en 1932, el Real Zaragoza (con todas sus denominaciones) ha disputado más de 3.000 partidos oficiales. En ese periodo, un total de 67 entrenadores diferentes han dirigido al equipo blanquillo, desde Felipe Dos Santos (1932), hasta Natxo González (2017).

En este trabajo quiero reflejar, de forma cronológica, el devenir de cada uno de estos entrenadores, recordando de paso la historia de este histórico club del futbol español que no pasa por uno de sus mejores momentos.

Vidal Viñarás - Historia del Real Zaragoza
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